La inspección de ITV (Inspección Técnica de Vehículos) incluye la revisión del parabrisas, un elemento que aseguran la visibilidad y seguridad del conductor. El parabrisa no solo protege al conductor y pasajeros del posible impacto de elementos externos, el viento o la lluvia, sino que también aporta rigidez estructural al vehículo en caso de vuelco.
Durante la inspección ITV, el inspector pedirá al conductor que active el limpiaparabrisas y comprobará que salga líquido para limpiar el cristal. Que no salga líquido, será considerado un defecto leve, que no impedirá el favorable en la ITV, pero el conductor deberá corregirlo poniendo líquido.
Ahora bien, si se da alguna de las siguientes situaciones, supondrá un defecto grave en la ITV y por tanto un desfavorable:
- Daños en el parabrisas, como grietas o astillas, dentro del campo de visión del conductor
- Que el vehículo no tenga limpiaparabrisas.
- Que la superficie de barrido sea insuficiente.
- Que las escobillas estén defectuosas.
- Que el vehículo no tenga escobillas.
Para evitar el desfavorable en la ITV y garantizar una conducción segura, presta atención a señales de desgaste, como rastros en el cristal, áreas sin limpiar o ruido al accionar el limpiaparabrisas.