Sabías que el chasis y la carrocería son dos cosas distintas. En muchas ocasiones vemos que se habla de ellos de manera indistinta, o casi, pero tiene su lógica.
El chasis es la estructura principal de un vehículo, la cual soporta todos los elementos (motor, amortiguadores, frenos, transmisión, asientos...). Es lo que para los humanos sería el esqueleto, de ahí que también se le llame el esqueleto de un coche, aunque, en lugar de huesos, está formado por una estructura metálica. Por su parte, la carrocería es la parte visible del vehículo, la estructura externa del coche (el habitáculo, puertas, capó...).
Existen distintos tipos de chasis y el más común es el que se llama autoportante, un conjunto de piezas unidas por medio de soldadura. Este chasis se completa exteriormente con elementos desmontable como el capó, las puertas o el maletero. El hecho de compartir algunas partes de la carrocería con chasis es lo que da lugar a la posible confusión entre ambas partes del vehículo.
El chasis, además de soportar toda la carga del vehículo, es decir, los elementos mecánicos, pero también los ocupantes y equipaje, recibe y soporta todas las tensiones generadas por las irregularidades de la carretera, y los esfuerzos creados tras una acelerada o frenada. También marca la superficie y el espacio en el que se van a montar todos los circuitos del coche: que el motor sea más o menos grande, el tamaño de la caja de cambios, la instalación eléctrica, tuberías...
En la ITV inspeccionamos todos los elementos carrocería. ¿Qué defectos en la carrocería pueden hacer que no superes la ITV?
- Presencia de óxidos, perforaciones o desperfectos
- Existencia de aristas vivas o cortantes deteriorados
- Limpia y lava parabrisas en mal estado
- Fijación del paragolpes defectuosa
- Fisuras del cristal delantero dentro o fuera del campo de visión mínimo del conductor
Del chasis solo comprobamos el número de bastidor del vehículo, que se corresponda con el de la documentación del vehículo.